¿Cuánto afecta la ergonomía ambiental en el trabajo?

La ergonomía ambiental se centra en el estudio de las condiciones del entorno a nivel físico con la finalidad de que el lugar de trabajo sea saludable, cómodo y promueva un trabajo eficaz y productivo.

En muebles de oficina Montiel hemos hablado habitualmente de ergonomía como un concepto que abarcaba todos los mecanismos que hacían que cualquier objeto en contacto físico con el cuerpo humano se adaptase para ser cómodo y saludable (como las sillas ergonómicas).

En el caso de la ergonomía ambiental en el trabajo se trata de una ramificación de esta ciencia que se encarga del estudio de cualquier fenómeno físico que pueda interferir con los sentidos del trabajador y provocar molestias o dificultad para trabajar, por ruidos, mala iluminación o superficies de trabajo inestables.

El ruido, el mayor enemigo de la concentración en el trabajo

El ruido es el principal factor que provoca un decremento exponencial en el nivel de concentración de los trabajadores, aumenta el nivel de estrés y dificulta la calidad de la comunicación. Los ruidos más frecuentes en una oficina son las charlas entre trabajadores dentro de la oficina o en el pasillo, ruidos que se filtran de salas adyacentes o de la misma calle, del sistema de ventilación y la maquinaria.

En el caso de una oficina que se encuentre en una ciudad con alta densidad de población, el factor de insonorización será determinante. Evitar a toda costa que el ruido de la calle se introduzca dentro del espacio de trabajo será un factor decisivo que determine la eficiencia y productividad de los trabajadores.

La insonorización de la oficina creará un ambiente de trabajo que invite a la reflexión y la concentración, esto es una condición “Sine qua non” para aquellas oficinas especializadas en el desarrollo I+D+i, consultorías y empresas de marketing, en las cuales se realiza una tarea que requiere un alto grado de concentración.

Distribuye la oficina y establece las normas necesarias para evitar que áreas de reuniones o zonas de tránsito se encuentren cerca de las áreas centrales de trabajo. Para este cometido es necesario que cuentes con un arquitecto especializado en materiales de insonorización, fonoabsorbentes y que te indique como distribuir el espacio interno de la oficina. Esto es una inversión de futuro que garantizará que tu oficina sea el lugar idóneo para crear, innovar y desempeñar actividades laborales de forma óptima y con el mayor rendimiento posible.

Mala iluminación: cansancio visual, fatiga o migrañas

Una mala iluminación en el trabajo suele llevar asociada problemas en la vista de los trabajadores, fatiga visual, cansancio y migrañas. Una mala iluminación puede estar determinada por tres factores: mala proyección de la luz o una fuente de iluminación escasa o excesiva.

Las jaquecas, aumento de estrés y agotamiento pueden provocar frustración y malestar en los trabajadores y desembocar en una falta de rendimiento muy acusada.

Las principales patologías asociadas a una mala iluminación en el trabajo son las siguientes:

  • Estado anímico bajo de los trabajadores fruto de la frustración, baja concentración, baja atención y desánimo generalizado.
  • Cefalalgias, que son fuertes migrañas que pueden cronificarse y durar largos periodos de tiempo.
  • Falta de energía y agotamiento provocados por un sobreesfuerzo mental y ocular del trabajador.
  • Trastornos oculares como miopía y astigmatismo, fruto de forzar la vista durante la jornada laboral.

Para elegir la iluminación adecuada de tu lugar de trabajo deberás tener en cuenta:

  • La actividad que se vaya a realizar en el puesto de trabajo. En trabajos donde el tamaño de los detalles es pequeño, donde el fondo sobre el que descansa ofrece poco contraste, etc.
  • La edad de los trabajadores: los trabajadores de más edad suelen desarrollar problemas visuales y requieren de iluminación de apoyo y de buena calidad para poder desempeñar el trabajo (la presbicia es uno de los problemas visuales más frecuentes en las edades más avanzadas).
  • La distribución del espacio de trabajo, la disponibilidad de luz natural y las posibilidades de puntos de luz natural.

La iluminación en los puestos de trabajo está regulada por el Real Decreto 486/1997. Establece que los niveles de luz han de ser medidos con un luxómetro que mides los “lux”, iluminación producida por un lumen. Para necesidades moderadas se establece una recomendación de 200 lux (como almacenes o industrias de envasado), para trabajos con ordenador se establece una recomendación de 500 lux, y para joyería y trabajos sanitarios una cantidad de 2000 lux.

Siempre que sea posible se usará la luz natural evitando una incidencia directa  con un apoyo de fuentes artificiales de luz para compensar las variaciones de intensidad fruto de la hora y la estación en la que nos encontremos. Las fuentes de luz artificial irán sobre una luminaria para evitar una incidencia directa sobre el puesto de trabajo, de esta forma se distribuirá la iluminación de forma correcta por todo el espacio de trabajo.

Para aumentar la efectividad de la iluminación habrá que controlar los reflejos sobre el material o el área de trabajo, recomendando siempre que la zona superior de las paredes se pinte de una superficie mate blanca para distribuir correctamente la luz.

Siempre se recomienda el uso de luz blanca procedente de tubos halógenos o LED (ambos de bajo consumo y larga duración). Realizar un mantenimiento adecuado de todos los elementos de iluminación reponiéndolos cuando se haya superado su vida útil, dejen de funcionar o presenten una bajada de rendimiento (parpadeos, bajada de intensidad lumínica). 

Para más información consultar el documento relacionado con la iluminación en el puesto de trabajo del instituto nacional de seguridad e higiene en el trabajo

Temperatura, 24ºC, ni más ni menos

El confort térmico hace referencia a la temperatura que debe mantener un espacio de trabajo con el fin de evitar problemas derivados de temperaturas muy frías o cálidas, cambios bruscos de temperatura o incidencia de flujos de aire continuos sobre personas. 

Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) el confort térmico se alcanza cuando las personas no sienten ni calor ni frío, ya que la sensación térmica de cada persona es subjetiva se establece que en verano la temperatura debe ser de unos 24ºC y en invierno de unos 22ºC en la mayoría de sitios (dependerá de la latitud y del clima de cada zona). Se recomienda, aplicando estas temperaturas, que los trabajadores únicamente lleven una capa de ropa de algodón y que la ropa de abrigo sea depositada en algún perchero.

El caudal de aire debe ser siempre inferior a 0,2 m/s y nunca debe incidir directamente en los trabajadores.

Humedad relativa del entorno, la salud depende de ello

La humedad relativa del entorno de trabajo es muy importante ya que puede provocar molestias derivadas de una sequedad de las mucosas, lo cual provoca los frecuentes catarros y afonías.
Los aparatos de aire acondicionado tienden a reducir la humedad relativa de la oficina por debajo del 30%. En los casos en los que esto ocurra, se puede recurrir a una ventilación intermitente del habitáculo (lo cual es muy recomendable para renovar el aire) o a la instalación de un humidificador / purificador de aire que mantenga la humedad relativa por encima del 50% dentro de la oficina.
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