La mesa de trabajo o escritorio no puede considerarse un mueble ergonómico, pero si como una parte de un conjunto (el espacio de trabajo) y las condiciones ergonómicas generales del mismo.

Debes disponer de una mesa acorde a las necesidades de tu puesto de trabajo, permitiendo realizar tus tareas sin impedimentos. Si trabajas con equipos informáticos de sobremesa lo ideal es contar con una mesa de amplio tablero, que te permita colocar el ordenador de frente y seguir disponiendo de espacio frontal para poder escribir de forma cómoda.

Si necesitas un área de trabajo para escribir a mano a la vez de usar en momentos puntuales un ordenador puedes optar por un ordenador portátil (poco recomendado para pasar horas de trabajo) o de un ordenador de sobremesa all-in-one (estilo iMac) que ocupe poco espacio. Existen complementos como soportes de monitores que pueden ayudarte a elevar la pantalla del ordenador y almacenar debajo el teclado y ratón para despejar el tablero de la mesa en momentos puntuales.

Si además de un ordenador necesitas tener a mano periféricos como impresoras o escáneres, la opción ideal es disponer de un escritorio en L. Este tipo de mesas de oficina te permitirán tener a mano dichos dispositivos sin tener que estar levantándote frecuentemente.