Pintar las paredes en colores azul y gris es una tendencia en alza ya que auna dos colores: el gris neutro y el azul calmado y relajante. Este color en las paredes se está usando tanto en hogares como en negocios u oficinas, ya que genera una combinación cromática muy estética y que transmite relajación y armonía. Podemos decir que es una combinación de colores para paredes que triunfa en todo tipo de ambientes debido a sus cualidades estéticas y sus efectos psicológicos.
El color azul es bien conocido en los ambientes profesionales y en los espacios de trabajo por sus efectos psicológicos capaces de generar serenidad y tranquilidad, ya que se asocia a la calma y el sosiego y ayuda a disminuir el estrés. Por otro lado, el azul genera ambientes frescos y tranquilos.
Al mezclar el color azul en las paredes con el gris neutro se puede complementar la paleta cromática dando lugar a un ligero contraste que da lugar a un ambiente formal y sofisticado en el que siguen estando presentes las cualidades estéticas y psicológicas del azul de una manera muy liviana, equilibrada y poco sobrecargada.
Las paredes pintadas en color azul y gris son una apuesta ganadora y segura en la decoración de interiores. Hay muchas formas de pintar paredes con azul y gris; mediante patrones, difusión aleatoria de ambos colores o estableciendo una diferenciación notoria entre segmentos de la pared en la cual se intercambian proporciones variables de ambos colores.
El azul combinado con tonos neutros ha sido siempre muy utilizado debido a su versatilidad. Desde la tonalidad “blue jeans” al azul marino toda son válidas para pintar paredes de todo tipo de estancias. A continuación te relatamos las principales ventajas de elegir estos dos colores para las paredes:
Si seleccionamos un color azul marino u oscuro para la pared, será conveniente elegir un tono gris más claro que aporte ese toque de luminosidad que un azul oscuro puede contrarrestar.
Si por le contrario elegimos un azul claro, nos decantaremos por un color gris más oscuro, el cual usaremos en pequeñas proporciones (no más del 15% del área total disponible) y el cual dispondremos en mayor cantidad en las zonas que queramos resaltar y en las cuales queramos que el contraste sea más notorio.
El objetivo de controlar y combinar las tonalidades de ambos colores es:
Dado que se trata de dos colores que, aunque de forma armoniosa, generan un contraste importante, deberemos hacer especial hincapié o énfasis en la iluminación.
Cuando jugamos con paletas de colores de tonalidades muy opuestas, la iluminación debe ser bien estudiada. No debemos en ningún momneto generar zonas de sombra o falta de luminosidad ( a no ser que sea con un cometido específico y decorativo). Para generar una iluminación uniforme deberemos proporcionar de una fuente de luz natural a la estancia o bien colocar luminarias superiores capaz de aportar una intensidad lumínica de unos 500LUX, la cual se debe distribuir de forma homogénea.
La decoración de diseño juega un papel importante en la decoración de interiores, por lo que si optamos por pintar las paredes de color azul y gris podremos también usar lámparas o apliques con estructuras metálicas en colores dorados o negros que aporten ese pequeño contraste cromático que es tan deseado para no generar ambientes monónotonos y para no romper la armonía cromática y equilibrada del conjunto.
Los patrones homogéneos y regulares con toques de azul y gris son también muy apreciados en los espacios más modernos y sofisticados, ya que dan lugar a ambientes elegantes en los que encajan todo tipo de actividades. Los pequeños matices de azul oscuro casi negro rompen la tónica general del conjunto sin echar por la borda la armonía conseguida de la combinación de ambos colores.
Aunque en un inicio podríamos pensar en que la elección de estas dos tonalidades para la pared de una estancia debiera estar relegada sólo a los ambientes más modernos y sofisticados esto no es así.
La mezcla de tonalidades azules y grises pueden reflejar el proceso de oxidación natural del cobre, muy presente en pinturas antiguas. Este proceso de degradación y oxidación produce una combinación cromática muy atractiva que refleja distintas tonalidades de azul con gris. Esta alegoría a la oxidación del cobre hace que el color azul y gris en las paredes pueda ser utilizado en estilos decorativos como el Wabi Sabi.
La imagen anterior muestra otro efecto vetusto pero estético de la transición de una pared pintada en azul con efecto desconchado. Antiguamente el color azul de las paredes era utilizado por marineros y personas que trabajaban en el mar pues tenían la creencia de que este color ahuyentaba a los mosquitos y los parásitos. Este color tan difícil de obtener solía extraerse del añil, que es una planta que sí tiene propiedades repelentes pero su durabilidad era escasa, obligando a repintar las paredes con frecuencia y presentando este aspecto de desgaste característico en muchas áreas.
El efecto jaspeado no es muy recomendable, sobre todo si se abusa de él. Esto se debe a que mantiene poca hegemonía en la distribución de colores. Si deseamos elegir este efecto para la pintura de una pared azul y gris deberemos aplicarlo sólo en un área muy delimitada.
La tecnica del jaspeado no siempre es adecuada, ya que se caracteriza por su imprecisión. Esta poca precisión puede realizar una combinación no armoniosa de colores tan dispares como el azul y el gris.
A diferencia del jaspeado, el estucado si puede dar resultados mucho más valiosos en ambientes de estética moderna o industrial. Esto se debe a que se consigue una mezcla más uniforme debido al método de aplicación más sencillo y práctico de la pintura. El estucado de paredes en azul y gris se difumina con la distancia, por lo que en estancias amplias dará la sensación perfecta de combinación entre ambos colores.
Además el estucado presenta claras ventajas sobre el jaspeado cuando usamos colores azules y grises:
1. Aplicación más uniforme y sencilla: El estucado es una técnica que utiliza una espátula para aplicar la pintura en un patrón texturizado y más homogéneo.
2. Mayor durabilidad y resistencia al paso del tiempo: El estucado crea una superficie más resistente que el jaspeado, lo que significa que puede durar más tiempo sin la necesidad de volver a pintar la habitación. Además, la textura creada por el estucado puede ocultar cualquier desgaste o daño que pueda ocurrir con el tiempo.
3. Mayor dimensión visual: La técnica de estucado puede crear una apariencia tridimensional en la pared que puede agregar un aspecto elegante y sofisticado a la habitación. Además, el uso de una mezcla de colores como el azul marino y el gris en el estucado puede crear un efecto dramático y llamativo en la pared.
4. Facilidad de mantenimiento: El estucado es más fácil de limpiar y mantener que el jaspeado. Debido a que la textura creada por el estucado es más gruesa que la del jaspeado, el polvo y la suciedad son menos perceptibles en las paredes, y se pueden limpiar con mayor facilidad.
Como si de una obra artística pintada en óleo se tratase, el color azul y gris con pintura texturizada puede dar como resultado un patrón artístico muy atractivo:
Aunque los grandientes de pintura dejaron de usarse en la década de los 2000 y estuvieron relegados a los años 90, es una tendencia de pintado que vuelve a asomarse y ser tendencia (al menos de forma incipiente) en los próximos años.
El gradiente de pintura con tonalidades grises y azules genera espacios armónicos que combinan casi como si estuviesen mezclados los colores azules y grises. Esto se consigue gracias a la cercanía de los tazados. Además, se trata de una técnica sencilla y rápida de aplicar que, al igual que el jaspeado o el estucado, es capaz de disimular imperfecciones en las paredes.
Se trata de una nodalidad del estilo anterior, en el que el gradiente se distribuía entre dos tonalidades y su variación que transicionaba entre dos puntos determinados. En la modalidad radial estos dos puntos corresponden al contorno de una circunferencia y su centro. De esta forma se pueden obtener puntos concretos o áreas circulares de mayor luminosidad. Se trata de un estilo muy artístico que debería ser usado sólo en determinadas zonas y en combinación con otra técnica de pintura menos llamativa y más estándar.